El amor.... o eso creo


Tan dichosos los que lo posen, como los que carecen de él, libres y esclavos; unos de su yugo y otros de su liberta, se sufre y se goza de  ambas caras de la moneda, se ven satisfechas y  a veces insatisfechas. Humano inconforme, si lo tienes lo desprecias si careces de él lo deseas. Cuál es tu puto vicio de sufrir, si  puedes ser “feliz” ¿por qué te quejas si antes lo deseabas?
¿Ahora qué? Cuál es la solución si la mierda ya me llega hasta las rodillas,
 seré tan susceptible como flor en el verano que el más tenue rayo de sol machita o seré tan fuerte como árbol en invierno que al perder sus hojas, sigue en pie.  Sensible como huérfano abandonado temeroso de la noche y el frio; el abandono ha marcado su existencia, solo busca un refugio para sentir  calor y seguridad, y ahora que lo tiene  el temor a ser  arrojado incrementa, con el desprecio  y el constante cambio  de quien antes juro amor eterno.
Soy tan dramático cual obra de Shakespeare que profesa sus sentimientos si temor a ser tildado.
Se pierde el sentido de lo escrito, razón que se debe  a lo confuso de la temática; problemática agobia y de forma generalizada que afecta a ser tan inconforme como la raza humana, el amor, si se siente por que agobia y aflige y si no se posee de igual manera tiene el mismo efecto.
– No lo sé, ¿sentir o pensar?
 Sucumbir ante él es para mí la respuesta; es domador incansable malvado y vulgar imitación de lo que se puede denominar felicidad.
No decir más mierda sobre un tema que genera polémica en adolescentes, jóvenes, adultos y hasta ancianos, sería la más sensata solución al fin que cada uno lo vive lo experimenta, lo siente y manifiesta de manera diferente.

Alessandro Allori (1535–1607),Venus and Cupid

Jean Pierre Ramírez Ortega

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