Amor de un neurótico.


Respira, solo será un momento, las cosas pasan y el cuerpo queda.

 Qué más da si mi egoísmo me ciega y no me permite ver más allá de las emociones irracionales, qué más da si con este amor me inhibo o por el contrario me absuelvo, qué más da si me olvido totalmente de mí o por el contrario me ahogo en narcisismo y el mundo gira en mi rededor. Qué más da...

Me muerdo. Tú recuerdo ataca y con la imaginación  recuerdo lo que fue, fantaseo con lo que pudo ser y con ellos vuelo; ¡ay! pero cuando aterrizo, en el fango de la realidad y contemplo tu ausencia.

Todo se derrumba, la muralla construida de ficción y de locura, es cortada por la Oz de Cronos y cada día se desdibuja más la figura idealizada del Adonis que me enamoró. Las huellas de los paso que dimos juntos han sido borrados y ahora solo se ven mis pasos pues de los tuyos solo queda un leve y borroso recuerdo.

me pregunto si te quedaste tú o fui  yo quien no pudo seguirte el paso, si hasta ahora empezábamos a andar juntos.

Respiro, y cuento hasta diez. Tu recuerdo ha regresado al rememorar y es ahora un terror mental pues trae consigo todo lo anhelado y lo odiado de ti.

 ¿Qué pasa? Es la pregunta que con mayor repetición me hago; te convertiste en mi amor (obsesión) en todo lo que soñé.  Será que cuando te fuiste se fueron las ganas de volver a soñar. ¿te has cansado de soñar?

Este texto ha perdido su sentido original, ahora todo se ve confuso y nublado; la condensación se ha perdido en la emoción y en la confusión de mi pensamiento, la claridad me abandona, pero trato de retomar el contexto y finalizar el contenido.

Qué más decir si ahora no tengo letras para escribir, y mucho menos palabras para decir.

La mierda en mi cabeza se dispondrá a dormir y  a  silenciarse, no habrá más preguntas, ahora tus recuerdos habitaran en las ruinas de aquella muralla, y mis paras caminaran a su ritmo para tratar de no perderme a mi mismo.

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